Recientemente, nuestra fundación llevó a cabo una misión médica en un internado indígena en
Uribia – La Guajira, hogar de 280 niños y niñas que viven en condiciones extremadamente vulnerables. Durante nuestra visita, realizamos 1,211 consultas y procedimientos médicos en diversas especialidades, brindando atención médica gratuita a una comunidad con muy pocas oportunidades de acceso a estos servicios.
Sin embargo, lo que presenciamos nos conmovió profundamente. La realidad de estos niños va mucho más allá de la falta de atención médica. Descubrimos que 10 niños comparten un solo cepillo de dientes, que duermen 40 en un mismo cuarto con piso de tierra, el cual se inunda cada vez que llueve.
Incluso sus elementos deportivos son apenas una masa de trapos atados; este impacto nos llevó a comprometernos a hacer algo más por ellos.
Queremos mejorar sus condiciones de vida, brindándoles los recursos básicos que tanto necesitan, y para ello, necesitamos de tu ayuda.
A través de esta campaña, buscamos recaudar fondos para mejorar la calidad de vida de estos niños y las futuras generaciones que llegarán al internado. Nuestro objetivo es crear un movimiento colectivo que les permita tener:
HEMOS MOVILIZADO A MÁS DE 2 MIL MEDICOS VOLUNTARIOS, LLEVANDO ATENCION MÉDICO HUMANITARIA GRATUITA A CIENTOS DE RINCONES VULNERABLES DE COLOMBIA
Personas atendidas
Cirugías realizadas
Gafas entregadas
Medicamentos entregados
Con tu donación, estarás contribuyendo a cambiar la vida de estos niños y niñas. Juntos podemos mejorar sus condiciones de vida, proporcionarles un entorno más seguro y saludable, y ayudarles a desarrollar habilidades que les permitan un futuro mejor.
Cada pequeña contribución cuenta. Puedes aportar dinero o elementos en especie que sumen a lograr el objetivo común.
Únete a nosotros en esta causa para brindarles a estos niños la oportunidad de vivir y crecer en un entorno más digno.
«Cuando una persona recibe la atención de uno de nuestros médicos voluntarios, no solo está recibiendo un concepto médico y medicamentos. Lo que queda en su alma y su mente es el trato humano recibido, el reconocimiento de que es una persona que merece ser atendida, vivir y tener esperanza, «Camilo Arjona, Fundador.